EL CICLO FINANCIERO TERMINÓ
Durante cuarenta años, la evolución del sector financiero se ha ido alejando y complicando en relación con la actividad de la economía real. Esa divergencia ha sido provocada por el uso de los productos derivados, la llamada "sofisticación" financiera y el impulso al crédito otorgado por los Gobiernos y Bancos Centrales.
Esto nos ha llevado a un concepto del mercado financiero como casino donde se iba a ganar unos durillos a costa de un incauto. Todo esto generó ingresos y beneficios descomunales al sector que creció como la espuma durante estos años, multiplicando su tamaño varias veces.
Pero la fiesta acabó y las cosas, creo que afortunadamente, no volverán a ser como eran. El mundo de las inversiones debería ser aburrido (no más salas de bolsa) y los productos financieros, mucho más claros y entendibles. El poder debería volver al usuario financiero que debe analizar los costes de los productos y la competencia entre estos. El futuro financiero de los ciudadanos pasa por adquirir servicios financieros adecuados, baratos y planificados en el largo plazo. Algo muy lejano del "pase" que se hacía con las acciones hace unos años.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
viernes, 14 de diciembre de 2012
SUPERVISOR BANCARIO EUROPEO Y SU INFLUJO
Se están poniendo los pasos para que el Banco Central Europeo sea el supervisor (y salvador) de los bancos europeos con balances superiores a 30.000 millones (prácticamente todos los españoles). Sin embargo, las cajas alemanas por arte de prestidigitador salen de esa supervisión.
La economía española no está siendo tratada con el mismo rasero y la ley del embudo funciona maravillosamente en esta Europa desunida (recordemos que Finlandia nos pidió un aval para apoyar nuestra reforma financiera).
Esto se traslada a la calle. Los préstamos son pocos, caros y la economía se resiente porque nadie la apoya de manera expansiva como hace EE.UU. ¿Qué se puede hacer?
Hablar alto y defender nuestras posiciones (speak out como dicen los ingleses). En España decimos tener la cabeza alta y decir las verdades del barquero. Si el Gobierno "vende" bien las posibles mejoras macroeconómicas y no nos pegamos tiros en los pies:
La prima debería bajar
La actividad, tocar fondo
Los saneamientos, acabar (ALGUIEN TENDRÍA QUE DEFENDER LO HECHO EN EL SAREB; TODO SON CRÍTICAS, PERO EL INSTRUMENTO ES VÁLIDO).
Lo más importante: Se debe restaurar la confianza, aunque sea poco a poco.
Saludos a todos,
Pablo Gaya Vellosillo
Se están poniendo los pasos para que el Banco Central Europeo sea el supervisor (y salvador) de los bancos europeos con balances superiores a 30.000 millones (prácticamente todos los españoles). Sin embargo, las cajas alemanas por arte de prestidigitador salen de esa supervisión.
La economía española no está siendo tratada con el mismo rasero y la ley del embudo funciona maravillosamente en esta Europa desunida (recordemos que Finlandia nos pidió un aval para apoyar nuestra reforma financiera).
Esto se traslada a la calle. Los préstamos son pocos, caros y la economía se resiente porque nadie la apoya de manera expansiva como hace EE.UU. ¿Qué se puede hacer?
Hablar alto y defender nuestras posiciones (speak out como dicen los ingleses). En España decimos tener la cabeza alta y decir las verdades del barquero. Si el Gobierno "vende" bien las posibles mejoras macroeconómicas y no nos pegamos tiros en los pies:
La prima debería bajar
La actividad, tocar fondo
Los saneamientos, acabar (ALGUIEN TENDRÍA QUE DEFENDER LO HECHO EN EL SAREB; TODO SON CRÍTICAS, PERO EL INSTRUMENTO ES VÁLIDO).
Lo más importante: Se debe restaurar la confianza, aunque sea poco a poco.
Saludos a todos,
Pablo Gaya Vellosillo
martes, 11 de diciembre de 2012
¿Ahora conviene pedir el rescate?
Los comentarios en algunos periódicos (El País) sobre a conveniencia de pedir el rescate financiero para todo el país no los entiendo. Su argumento es que, dado que ya hemos tomado la píldora de las medidas correctoras, tomemos el bocado sabroso de la financiación con un cañón BCE que haga bajar nuestra prima de riesgo hasta 200 puntos básicos. No creo que no pedir el rescate tenga un componente de rédito político
No creo que sea así.
Si se pide el rescate, la condicionalidad (los recortes adicionales) serán más duros. La compra no será tan poderosa. Y aunque lo fuera, los mercados son insaciables. Nunca pueden contra los deseos de los buitres de las mesas. Si no, que se lo digan a los británicos en 1992.
Además, el famoso foco (hablé de él en Intereconomía hace meses) se pira a Italia. ¡Qué listo Monti!
Por último, el Gobierno debe agilizar los trámites administrativos y fomentar la creación de empresas. Además, ayudar a exportar con una campaña de imagen chula en el extranjero podría ayudar. ¡Que el ICO ayude más! ¡Y también el ICEX, que ha cambiado de dirección!
Corten la sangría de las pérdidas de empresas públicas. Investiguen qué pasa en Iberia.
Pablo Gaya Vellosillo
domingo, 2 de diciembre de 2012
APRENDAMOS DE LOS HECHOS
Desde el agosto de 2007 se han concatenado varias crisis financieras. Resumiendo mucho, se crearon activos tóxicos, se concedió crédito a ex-puertas, se estimuló la contratación de activos financieros que inflaron su precio, se ocultó el déficit de Grecia, se invirtió en pisos que son activos que no generan renta.
¿Quién provocó todo esto?
Hay varios causantes.
El primero, la desinformación y la codicia de los ciudadanos
El segundo, la codicia de los bancos que otorgaron créditos sin control
El tercero, la llamada ingeniería financiera que creó productos cuyo principal objetivo es el trasvase de renta.
El cuarto, la arraigada concepción de que los mercados financieros son un lugar donde se va y se ganan unos durillos comprando barato y pasando el muerto a otro que compra más caro.
El quinto, los derivados financieros que amplificaron el desajuste del crédito, dando más crédito gratis a los incautos que los utilizan.
El sexto, la poco previsora acción de los gobiernos que aplaudían la actividad económica sobrecargada por el crédito y que, sobre ella, cuadraban déficits ocultos imposibles de arreglar con una actividad económica sostenible. Además, en España, el pernicioso papel de la ley del suelo fue letal para nuestro país.
La situación ha devenido en un déficit público desbocado por la falta de actividad, estructuras de gasto público locas por gastos absurdos, dinero hundido en pisos que no generan nada, deudas hipotecarias elevadas contra la compra de activos inflados que ya no valen ni la mitad, paro, empresas endeudadas después de haber apostado por el crecimiento.
Para solucionar el desbarajuste.
Se pide que se paguen las deudas. Correcto.
Se salva el sistema financiero, porque si este cae, el país desaparece del mapa. Correcto, pero esto genera un agravio comparativo con ciudadanos y empresas.
Se piden ajustes a los ciudadanos para que el déficit público se reduzca a costa de grandes sacrificios. Aquí empiezan los problemas. La urgencia pide que se haga lo más rápido (subir impuestos, recortar gasto social en pensiones, sanidad, etc.). Pero, quedan otras áreas que también son deficitarias y no sufren tantos recortes tan rápidamente (empresas públicas, estructura anquilosada de la administración, excesiva cantidad de políticos, etc.).
Ahora bien, no es tiempo de quejarse. Es tiempo de estudiar y trabajar duro. En España, somos especialistas en pegarnos tiros en el pie (secesiones varias, nulo debate social, falta de respeto a nivel generalizado, estructura administrativa hipertrofiada, horrendo fracaso escolar, mayoría de jóvenes que quieren ser funcionarios).
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