Hoy hemos asistido a una nueva
jornada de recuperación en los mercados
financieros, que nos vuelven a llevar a niveles próximos (o en algunos casos
mejores) al cierre de la pasada semana. Parece como si se hubiese borrado la
jornada del lunes, en la que, quizás influidos por los resultados de las
elecciones francesas, los inversores optaron por ventas masivas en renta
variable, a pesar de que los índices estaban en mínimos anuales. Igualmente el
miedo se extendió por el mercado de renta fija pública, y se ponía a la venta
todo lo que no fuese Alemania, provocando una importante elevación de la prima
de riesgo, que llegó a ser la máxima desde la introducción del euro en países
“centrales”, como Holanda, Francia y Bélgica. Dos sesiones después, las aguas
parecen haber vuelto a su cauce y se recuperan las cotizaciones de las
acciones, que ya llevaban incorporadas con una elevada sobreventa, al igual que
la prima de riesgo, que también se reduce. De hecho, el diferencial del bono
español a diez años con el alemán ha bajado durante la sesión de hoy de los
cuatrocientos puntos básicos por primera vez en las últimas semanas. La
moraleja que hay que sacar es que no se deben tomar decisiones de inversión a
la ligera y especialmente no hay que dejarse llevar por el pánico. Se debe
tener la cabeza muy fría y analizar muy bien lo que se tiene y si conviene
comprar o vender (si no se tienen los suficientes conocimientos se debería
pedir consejo a un asesor financiero independiente), ya que los activos
financieros tienen un valor intrínseco y no pasan del blanco al negro de un día
para otro.
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