jueves, 21 de junio de 2012

El petróleo no pasa por su mejor momento


En los periódicos económicos y en las páginas salmón de los diarios generalistas, se suele prestar atención al precio del petróleo. Eso es así por dos razones: en primer lugar, el oro negro es la principal fuente de energía que lleva consumiendo el hombre prácticamente durante el último siglo y la evolución de su precio sigue siendo un dato fundamental para multitud de variables macroeconómicas de muchos países. En segundo lugar, se ha convertido en un “activo financiero” y puede influir en la rentabilidad de nuestras inversiones.

Vamos a prestar atención a esta segunda razón y analizar su influencia, y de rebote la de las materias primas. Las comillas anteriores hacen referencia a que en realidad el petróleo no es un activo financiero. Ni siquiera se negocia. Lo que se negocian son contratos de futuros sobre su precio. Los futuros son unos derivados financieros que nacieron para que las empresas y particulares que trabajaban con materias primas y alimentos pudiesen cubrirse ante una eventual pérdida derivada de la subida o bajada del precio de estos productos. Dicho precio estaba y está sujeto a multitud de variables que ni se pueden controlar ni prever, como por ejemplo las cosechas, desastres naturales, huelgas, accidentes, guerras, problemas geopolíticos… Sin embargo, con el paso del tiempo y el aumento de la liquidez, los contratos de futuros sobre materias primas dejaron de ser una estrategia de cobertura para convertirse en una simple y pura especulación.

Comprar directamente futuros sobre petróleo no está al alcance de cualquiera porque el precio del contado y del futuro no siguen la misma evolución. Una subida o una bajada en el precio del contado (el del petróleo que físicamente entregan los petroleros o los gaseoductos al cliente) no tiene porqué influir en el del futuro. Esto solo ocurre cuando coincide con la tendencia de fondo del precio (alcista o bajista). Por eso conviene que la persona que quiera destinar sus ahorros a petróleo lo haga a través de intermediarios financieros o mejor mediante fondos de inversión especializados.

No está de más recordar, que el petróleo no es una inversión. El tener petróleo no te va a generar ninguna renta, no te va a dar ningún dividendo ni a pagar ningún cupón. Quién compra petróleo es porque quiere transformarlo y vender el producto (gasolinas, queroseno, plásticos…) a terceros consiguiendo una plusvalía. Comprando o vendiendo contratos de futuros, porque prevemos que el precio del oro negro vaya a subir o bajar respectivamente, puede resultarnos rentables o por el contrario ser una ruina. En la actualidad el petróleo no pasa por su mejor momento y el Brent cotiza en el entorno de los 95 dólares, casi a la mitad de su máximo histórico. Conviene no olvidarlo por si nos planteamos especular con materias primas.

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