jueves, 3 de mayo de 2012

INTRADIA FRENTE A LARGO PLAZO


La inversión en renta variable ha de tener un periodo de maduración y no conviene dejarse llevar por el corto plazo y mucho menos por el cortísimo plazo, como puede ser tomar varias decisiones de inversión en un solo día. Tras un análisis riguroso (si no se tiene tiempo o conocimientos lo mejor es buscar un asesor independiente) de una acción, en el que hay que tener en cuenta la composición de su balance, cuales son los fondos propios que tiene, el flujo de caja libre que genera, la deuda a corto y largo plazo y los beneficios que obtiene, viene la parte más complicada, que es estimar cual va a ser el crecimiento futuro de la compañía y descontarlo (esto es valorarlo) a precios de hoy. Habrá que ser conservador en las estimaciones, ya que no siempre es fácil saber todas las variables que vamos a encontrar en un futuro. 

Una vez hecho este análisis queda comprobar a qué precio cotiza dicha compañía y ver si la diferencia es lo suficientemente sustancial para que merezca la pena invertir sin estar pendientes de cual es la evolución de la bolsa, de un índice en concreto, de un sector o de un dato macroeconómico. Simplemente hay que esperar y, si no se producen variaciones importantes en la compañía, esperar a que la cotización se aproxime al precio objetivo para venderla. 

Frente a esta estrategia inversora, está la de comprar y vender rápidamente cuando se ha hecho un pequeño beneficio o cuando preveamos que la acción vaya a bajar por movimientos tendenciales o bruscos de las bolsas. En este segundo caso no sabemos si estamos comprando o vendiendo barato o caro, pero sí hay que tener en cuenta una cosa, que alguien gana con esta estrategia: los brokers, y los gestores de patrimonio en caso de que se trate de una cartera gestionada. 

A un inversor es difícil de explicar como es posible que, como por ejemplo ha pasado en la segunda sesión bursátil del mes, haya que vender una acción comprada el mismo día, y que llevaba una importante revalorización diaria pasadas las cuatro de la tarde, porque el dato del ISM servicios de Estados Unidos ha decrecido más de lo esperado. Estrategias de este tipo, a la larga, no suelen dar buenos resultados porque lo que ocurre es que se compensan los aciertos con los errores, y al cliente final le queda haber pagado los gastos de intermediación, que van a parar a los bolsillos de los brokers.

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