viernes, 4 de mayo de 2012

¿SEGURIDAD O RENTABILIDAD?


Muchas veces los inversores se plantean qué es mejor destino para sus ahorros, si lo mejor es mantener la inversión inicial prácticamente intacta o con un ligero incremento pero confiados en que en ningún caso vamos a perder dinero, o si merece la pena arriesgar nuestros ahorros con la esperanza de obtener una rentabilidad elevada. 

Esa decisión es particular de cada uno y debe ser tomada de acuerdo a su aversión al riesgo, necesidades de liquidez y situación financiera. Sin embargo a la hora de hablar de activos seguros no siempre las cosas parecen tan fáciles como se pintan. 

En primer lugar veamos el tema de los depósitos bancarios. Históricamente se da por descontado que un banco devolverá al cliente su aportación más los intereses pactados. Además, y dada la experiencia habida en España, se han creado fondos de garantía de depósitos, en que las propias entidades bancarias aportan recursos para que en el caso de la quiebra de una entidad, dicho fondo se haga cargo de devolver el dinero a los impositores. Por último existe un compromiso del Gobierno por asegurar personalmente todas las aportaciones. Estas medidas parecen seguras en tiempos normales, pero en las circunstancias en las que estamos viviendo no es descabellado pensar que una entidad financiera quiebre o que otras entidades o el Gobierno no puedan hacerse cargo de ella. En esta situación el dinero no desaparecería, pero el inversor podría tardar cierto tiempo en recuperar sus ahorros. Además de la incertidumbre que eso provoca nos encontraríamos con un coste de oportunidad, porque no podríamos variar la inversión. 

Otro punto que parecía seguro era la deuda pública. Se decía que un Estado siempre paga, pero ya hemos visto en el caso de Grecia, como los inversores han tenido que hacer frente a una quita importante. Por tanto si ni los bancos ni los Gobiernos son 100% seguros, ¿dónde dirigirnos? La primera opción es apostar por los Gobiernos que sí que ofrecen garantías. Hoy en día nadie pone en tela de juicio que algunos países (Estados Unidos, Finlnadia, Noruega, Alemania) no van a tener problema alguno en devolver su deuda pública en los próximos años. ¿Es esta una inversión segura? Pues también tiene sus riesgos. No hay problema a la hora de devolver el dinero, pero nos encontramos con una situación atípica. Por ejemplo, en Alemania la rentabilidad del bono a diez años está por debajo del 1,70%. Eso quiere decir que durante diez años vamos a obtener, comprando ahora una rentabilidad del 1,7% cada año si nos esperamos a vencimiento. Sin embargo lo que está ocurriendo es que los inversores venden los bonos de países con problemas (Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, Bélgica, Francia…) y se “refugia” comprando la de los países seguros. Esto hace que la rentabilidad alemana sea tan baja y que exista una diferencia (prima de riesgo) con la de otros países. Pero como hemos dicho antes, la situación es anormal, y más pronto o más tarde las aguas volverán a su cauce, y la diferencia entre la deuda alemana y la de otros países disminuirá y habrá una subida de tipos a largo en Alemania, con lo que quien hoy invierta en deuda alemana se puede encontrar en un espacio de tiempo corto que su inversión vale menos que cuando compró, y eso que era 100% segura.

 La moraleja que hay que sacar es que la seguridad no siempre es tal, y lo que hay que hacer es buscar un buen binomio rentabilidad riesgo.

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