martes, 22 de mayo de 2012

SEGURIDAD SIN BATIR A LA INFLACION


Por primera vez en su historia Alemania ha subastado bonos a dos años que ha conseguido colocar con cupón cero. Esto significa que los inversores prestan su dinero al Gobierno alemán a cambio de recibir dentro de dos años exactamente lo mismo. Esta operación, que carece de toda lógica financiera, hay que inscribirla en el renacido temor a que desaparezca el Euro y a que muchos Estados de la eurozonz no sean capaces de devolver su deuda soberana. Tanto énfasis que se está poniendo en evitar cualquier pérdida en nuestro dinero a toda costa nos ha hecho olvidar cual debe ser, siempre y en cualquier circunstancia, el primer objetivo de una inversión: el mantenimiento del poder adquisitivo.

Efectivamente, siempre se ha dicho que mantener el dinero “debajo del colchón” lo conservaba pero no se le sacaba rendimiento. Para ello había que llevarlo a un banco y prestárselo a cambio de un tipo de interés, cedérselo a un Gobierno o a una compañía a cambio de un cupón, o destinarlo al capital de una empresa con la esperanza de que ésta se revalorice además de cobrar dividendos por los resultados que reparta. La compra y depositaría de valores de renta fija lleva además aparejados unos gastos de administración y custodia que ya convierte en negativa (nominalmente) esta operación, pero qué podemos hacer para no obtener también una rentabilidad real (teniendo en cuenta la inflación) negativa?

La primera posibilidad es acudir a los bonos ligados a la inflación. Estos productos son emitidos por Estados, y en menor medida por corporaciones, que ajustan automáticamente el cupón que pagan con la inflación existente. Alemania es uno de los países más activos emitiendo dicho tipo de bonos, y no tendríamos más que comprar uno con un vencimiento en el entorno de los dos años si queremos combinar seguridad y mantenimiento de poder adquisitivo. El principal problema es que la inflación que se coge es la del país emisor, y la inflación española no siempre coincide con la alemana, siendo habitualmente más alta. Al no existir en España ningún bono ligado a la inflación, tendríamos que coger el de otro país de la zona Euro (Francia, Italia) pero nos encontraríamos, además de con el problema de la diferente inflación, con que no son tan fiables como Alemania.

Así que nos queda la solución de toda la vida, asumir un poco de riesgo para obtener mayor rentabilidad. Pero no perdamos la perspectiva y nos alarmemos con la palabra “riesgo”. A pesar de la crisis de deuda soberana que hay en la zona euro, hay muchos países que están lejos de quebrar o ser intervenidos, y no debe asustarnos comprar deuda de gobiernos como el finlandés, el holandés, el francés o el austriaco, por ejemplo, para nuestra cartera. Y en segundo lugar tenemos la deuda corporativa. Habitualmente se le ha pedido un diferencial de crédito con respecto a la deuda pública dado el mayor riesgo que esta representaba, pero nos estamos encontrando con compañías, o mejor, emisiones de estas compañías, con mejores posibilidades de ser devueltas que la propia deuda pública y que a pesar de eso tienen que pagar una mayor rentabilidad que la de Gobierno. Hoy en día se pueden encontrar, aunque con algo de dificultad, emisiones de renta fija a dos años, de grandes compañías industriales, con un rendimiento similar al de la inflación española, y con muy pocas o nulas posibilidades de que no devuelvan el principal.

Como conclusión, no hay que obsesionarse por evitar perder dinero a toda costa, porque estamos incurriendo en un coste de oportunidad. Existen emisones en el mercado que nos permiten, sino al 100% si a más del 99%, invertir en renta fija recuperando la inversión inicial y obteniendo además un rentabilidad que pueda batir a la inflación. Si no está muy seguro de cómo obtenerlo consulte con un asesor financiero independiente.

Fuente: Analistas Mirodinero

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